«A veces las cosas salen mal y no es culpa de nadie. Pero todos quieren un porqué. Un motivo. Algo que puedan envolver, ponerle un lacito y enterrarlo en el jardín de atrás. Enterrarlo tan hondo que parezca que nunca ha pasado. Me pregunto cuánto tiempo de sus vidas se pasará la gente rezando y pidiendo que algo que ha ocurrido no hubiera pasado.
A lo mejor Dios existe porque a la gente le asusta que sucedan cosas malas. La verdad, yo creo que el Diablo tiene más sentido que Dios. Al menos entiendo por qué la gente quiere que exista. Está bueno tener a alguien a quien echarle la culpa de las cosas malas que ocurren. Hay dos formas de ver el mundo: una es que la vida está llena de oportunidades. Olvidando las cosas malas, como si no las vieras. La otra, es ver la realidad.
Hay dos maneras de ver el mundo: podés ver la tristeza que hay detrás de todas las cosas. O elegir bloquearlo todo. Si no dejás que el mundo te afecte, no te partirá el corazón. Estoy seguro de que he llorado todas las lágrimas que había dentro de mí. Pero aprendí que con las lágrimas no podés hacer que alguien, que no te quiere, vuelva a quererte o que algo, que pasó, no haya pasado.
A veces las cosas no salen bien y no es culpa de nadie. Puede que tenga sentido. Puede que haya una razón. Puede que en alguna parte haya un porqué. Puede que en alguna parte esté aquello que te permita que lo envuelvas todo, le pongas un lacito y lo entierres en el jardín de atrás. Que lo entierres tan hondo que parezca que nunca ha pasado.
Pero nada. Ni un porqué ni enfadarse ni decir que lo sientes ni oraciones ni lágrimas. Nada puede hacer que algo, que ha pasado, no haya pasado».
The United States of Leland
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