Walt Whitman
Los años me enseñaron que pensar que podemos elegir de quién enamorarnos, es igual de utópico que desear la paz mundial. Enamorarse es un hecho humano, sí, pero que la naturaleza, el destino, los astros o quizás algún dios, ha decidido firmemente que sea ajeno a toda voluntad posible.
Nunca está en nuestras manos. Sólo sucede, en nuestras narices, sin que podamos hacer nada, transformándose así en un hecho que nada tiene de elección ni de decisión. Lo único que podemos hacer es resignarnos a que en materia de amor, no nos está permitido elegir y, simplemente, dejarlo ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario