15 de noviembre de 2012

Mi semana en ideas (?)

Estos últimos días han sido atareada y asquerosamente geniales. Estoy rindiendo finales, uno detrás de otro sarmientosamente y entre el metejón que me agarré con los patines, la perra que está en celo y a la primera de cambio se me escapa y se garcha a medio vecindario canino y el laburo me están consumiendo. Cuestión que me pintó escribir un rato para canalizar un poco este locurón porque si no ando hiperquinética. Así que acá van mis últimos pensamientos sobre cosas que me pasan en la vida que posiblemente les chupen un huevo. Y quejas, obvio. ¿Qué sería de mí sin la queja?

In your face, Andy Warhol. Lo «artística» que me he puesto al cierre de este 2012 no se puede creer. De locos (?). Tiemblan las paredes de mi covacha -y los acrílicos de mi hermana-. Estoy como loca. Una locura wharholizada; estoy a full con pinturas, vinilos, maderas y toda boludez que se les ocurra haciendo de mi covacha un antro que es fiel reflejo de lo que soy: un quilombo.




«Pincha gomas». Hace unas noches miraba el noticiero y pasaron una nota sobre los «pincha gomas»; cuestión que le preguntaron a uno de los que circulaban qué pensaba al respecto y el tipo dice «...y, ahora tenés que manejar muy atento; ya no podés ir medio dormida, mirando para otro lado o distraído...»¿¡Hola!? Agradezcamos a los pincha gomas que este imbécil ahora maneja despierto y mirando. ¡Cuánto pelotudo al volante, viejo!

Fumate mis cactus, pelotuda. Uno nace, crece, se enamora, se divorcia, envejece, muere y ellos siguen ahí, al pie del cañón. Si hablamos del mejor amigo del hombre, es claro que después del perro, sigue el cactus.
Tengo pensando subir muchas fotos de mis cactus a Facebook. Porque una se tiene que fumar mil fotos de primerizas y sus hijos saludando, saltando, corriendo (sí, corazón, porque para vos ese bebé es único, pero para mí es igual a millones de bebés, ¿qué te hace pensar que quiero ver 50 fotos diarias de tu pibe?).
Así que... fumate mis cactus, pelotuda.

La fuerza de Yisus, Eimen. A esto no puedo dejar de compartirlo porque me supera. Es fuerte. Me encontré con esta imagen que me dejó anonadada. Además, yo creo que si Deus a éste realmente lo quisiera, más que convertirlo en «ex gay» (WTF?), le hubiese cambiado la caripela. «Carucha» Müller, un poroto. Y qué decir de la blonda cabellera... un cachivache con todas las letras. Lo estafaron al pobre infeliz. ¡Devolvele la plata, Pastor Marivaldo Fonseca!


Algebra aplicada. Compré una heladera de acero inoxidable divina; el que me guste tanto me recuerda que muy en el fondo de mí existe un ama de casa. Cuestión que leyendo el manual de instrucciones de la heladera me encontré con esta indicación. Por si no lo entienden, porque no es pa' cualquiera la ecuación, explico; sé que se han preguntado sobre la milenaria y misteriosa tarea de hacer hielo. Cuestión que hoy podrán gritar eureka porque el manual de instrucciones ha tenido la gentileza de iluminar al respecto. Para hacer hielo, pongan agua en la cubetera y esperen a que se congele. Luego, sigue «Descongelamiento», donde aclara que el procedimiento es «muy simple», cosa que no hace en la parte de «cómo hacer hielo». O sea, ahí no te dicen «es muy simple» porque hacer hielo es jodidísimo, ¿me entendés?



Cuando el tomate se va, queda un espacio vacío. No puedo creer leer a tanta horda de pelotudos quejándose de lo caro que está el tomate. Si que el tomate esté caro hace que se quejen tan efusivamente, no me quiero imaginar la reacción si el aumento es de un producto de primera necesidad... se encadenan en plena vía pública y al grito de banzai se prenden fuego. Si está caro el tomate, ¡no comprés tomate, querido! No comprés y vas a ver cómo en unos días baja el precio. ¿Conocés a alguien que se haya muerto por no comer tomate? Dejate de joder, pelotudo.



Barreda, pasión de multitudes. El odontólogo aclamado por haberse cargado a la suegra (entre otras) me quita el sueño desde que supe que lanzaron su biografía no autorizada. ¿Y a que no saben cómo se llama el libro? Sí, «Conchita». Y no es joda, eh... qué genial. Estoy preorgásmica. Lo quiero ya. En segunda instancia, y no por ello menos importante, que a Barreda le dijeran «Conchita» y que tenga una «cotorra» australiana de mascota, es fuerte. Dale alegría a mi corazón, Barreda querido.

No hay comentarios: